Uas palabras para reflexionar sobre lo que significa ser padre hoy...
En este junio, mes del festejo del día del padre, vale la pena pensar en voz alta algunas cuestiones que me interpelan desde la teoría, desde lo escuchado en el consultorio y las vivencias de lo cotidiano. ¿Todos los padres están de festejo?
Ante todo, la palabra padre no admite una definición universal, por lo tanto no todos los padres están de fiesta, ni todos los niños tendrán a quien hacerle un regalito.
¿De qué padres hablar?
¿De los que ya no están pero sí lo están en las huellas que dejaron en nosotros?
¿De los que en lo real hicieron un niño, pero jamás se hicieron cargo de él, no velaron por sus sueños, ni volcaron sus propios sueños de trascendencia, y por lo tanto hoy se perdieron la magnífica oportunidad de que les digan “Feliz día papi”?
¿De los padres solos, a cargo de sus hijos, atravesando el enorme desafío de hacer de mamá y papá?
¿De los padres presentes como imagen pero ausentes en su función, convencidos de que la educación es tarea de las madres?
¿De aquellos papis bien intencionados, pero que no tienen un buen vínculo o rompieron con un hijo por algún mal entendido, o un divorcio nefasto o una historia mal contada, un engaño, etc.?
¿De los padres gozosos de serlo, que disfrutan, acompañan y además cumplen la función de protegerlos, enseñarles límites y transmitir la ley cultural?
Hay distintas maneras de asumir la peternidad y eso no es sin consecuencias para el hijo.
No da lo mismo vivir con o sin el padre.
No da lo mismo un padre presente, que uno ausente o dibujado aunque esté en la casa.
No da lo mismo un padre valorado, que uno humillado.
No da lo mismo un padre que proyecta ideales en su hijo, que aquel que le dice “de vos no espero nada”.
Como mujer no puedo dejar de homenajear a las madres que están solas, criando a sus hijos. Esos niños que hoy no están de fiesta, pueden igualmente crecer sanos si ellas pudieron volver a apostar al amor, ponerle coto a la sobreprotección e introducir límites.
Como docente, quiero expresar el deseo de que circule más la función paterna en las escuelas a través de reglamentos claros, firmes, consensuados y de una ley sensata que atraviese la institución y sea cumplida, en primera instancia, por lo adultos educadores.
Como argentina, (…) no puedo dejar de sentir que los pueblos, en un punto son como hijos. Necesitan dirigentes presentes, potentes y eficaces, no dibujados ni en fiesta permanente. Cuando eso no pasa, cuando la condición paterna del gobernante se debilita, el pueblo, como los hijos, sienten el desamparo. Y ahí se van muchos de nuestros jóvenes y nos tan jóvenes hacia otras tierras, buscando un lugar en el mundo que dificilmente sentirán como propio porque la Madre Tierra es donde uno nació y están sus raíces.
Como psicopedagoga, quiero decir que los hijos no eligen a sus padres pero los pueblos pudiendo elegir, se equivocan más de una vez. Pocas certezas tengo, pero una es que se puede aprender del error, si se lo reconoce y si no se pierde de la memoria. ¿Aprendemos?
Mientras eso pasa ¡FELIZ DÍA DEL PADRE! Para los que se preocupan por sus hijos, para los que disfrutan de una crianza gozosa, para los que están presentes, para los que enseñan límites desde el amor y para todos los que se sienten padres porque en realidad lo son.
Lic. Liliana González
Lic. en Piscopedagogía
Nota publicada en Revista Pasitos (junio de 2010)